EL BAILE DEPENDE DE LA GENÉTICA O DEL RITMO
22-6-2025
Cuando regresaba de un reconocido centro médico de esta ciudad, donde acudí
a visitar a una persona muy cercana, que se encontraba ingresada aquejada de
problemas de salud, solicité los servicios de un taxi. El taxista que me
atendió era muy joven, tenía una gran barba, par de aretes y algunas uñas
pintadas de color azul.
Venía escuchando un merengue muy conocido, y tan pronto me subí al
vehículo, me preguntó que, si yo conocía a ese artista, le respondí que sí.
En seguida empezó a desarrollar una teoría acerca del baile. Afirmaba que quien
no tiene ritmo, jamás aprende a bailar. Le contesté que estaba de acuerdo con
su criterio, pero, a mi entender, existe cierta predisposición genética para
dicha actividad.
Como no tenía deseos de hablar, opté por guardar un silencio total.
El siguió con su monólogo, y dijo que aprendió a bailar a raíz de una
vergüenza que pasó con una chica, que lo dejó plantado en plena pista, pero,
como su madre sabe bailar hasta tango, le pidió que le enseñara.
Luego de esto, volvió al mismo lugar, y le pidió revancha a la chica, la
cual no salió de su asombro al ver lo bien que bailaba. A renglón seguido, le
dijo que lo sucedido la vez anterior se debió a que estaba borracho.
Según leí, se han realizado investigaciones que afirman que, en el arte de
saber llevar el ritmo y coordinar los movimientos con la música, puede estar
involucrado un componente genético, aunque este no es el único factor
determinante, pues el entorno y las experiencias individuales, también juegan
un papel importante en el desarrollo de estas habilidades.
Pienso que un ser humano puede aprender a dar los pasos necesarios para
desenvolverse en una pista de baile, pero, la gracia al bailar, nace con el
individuo.
El gusto por el baile se lleva en la sangre, es, ese no sé qué, que hace
que, sin darte cuenta, sin importar quien esté, empieces a moverte al compás de
una canción que escuchas y te gusta. Otra cosa muy importante, nace y muere con
los seres humanos.